Ir al contenido principal

CONTROL NO TAN REMOTO



La noticia dice que Mujica envió el proyecto uruguayo de Ley de Medios al Parlamento. Inicialmente es una grata noticia. La iniciativa -según portales del país charrúa- propone regular los servicios de radio, televisión y otros de comunicación audiovisuales, con la meta de generar un “sistema de medios visuales armónico” con “contenidos nacionales de calidad”, según el Gobierno. 
Pasa en todos lados. Las interpretaciones son hijas siempre de la política: se dice como se piensa, pero -más allá de los prejuicios-, ¿está mal controlar el descontrol de los medios de comunicación? O si se prefiere, organizar para garantizar la multiplicidad de voces y establecer parámetros de contenido presentables. Hay que decir, nobleza obliga, que "control" no es mala palabra, y que además es un vocablo que está íntimamente ligado a ese otro que es "gobierno", mal que le pese a cualquiera.
La regulación, en todo caso, debe ser tal y no otra cosa. 
La norma argentina, por ejemplo, es excelente en la letra, aunque su aplicación sea otra cosa por culpa de más de un monopolio -esto incluye tanto a Clarín que no quiere largar prenda como al nuevo multimedio de la pauta oficial condicionada por el kirchnerismo, acrecentado las nuevas oportunidades para la compra de medios vueltos adherentes explícitos a la gestión nacional.  
Sin dudas, en este aspecto, el del democrático reparto de espacios (todavía pendiente o bien sólo anunciado en Argentina), ahí estriba el sumo ejercicio o la plenitud de una ley nacida de  la promesa de ordenar, de combatir la concentración y equilibrar las posibilidades de amplitud de miradas desde la igualdad.
En otras palabras, parafraseando al criollo que reparaba en el porcino, la dieta, el peso y las responsabilidades alusivas: la culpa no es de la TV, ni del que cambia de canal: aparentemente es de quién y cómo carga la grilla, según criterio ecuánime o propia  conveniencia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

PREHISTORIA DE "EL PULGA" Y "EL FIDEO"

El abrazo que se repite entre Messi y Di María es una postal de goles argentinos importantes pero además representa el triunfo de dos chicos de barrio. Dos historias de vida que resumen "el sueño (cumplido) del pibe" que en los arrabales argentinos nunca se deja de soñar. Como en la final de los juegos olímpicos de Beijing 2008, Messi y Di María -dos pibes humildes, de barrio- dejaron su marca en otro pasaje trascendental de la Selección. El festejo no es solo por el gol. Otra vez, de los pies de un  leproso  empedernido y un  canalla  irreversible llegó el grito aliciente de un país que se paraliza para despistar su destino atendiendo con pasión los devenires de la Selección nacional de fútbol en el Mundial. A dos minutos de los penales, la SRL (Sociedad de Rosarinidad Liberada) ejerce de oficio y como en 2008, para obtener el oro del fútbol juvenil en Beijing, irrumpe con la explosión y el inigualable control de pelota del nieto de la almacenera del barrio La Bajad

EL CORAZÓN EN LOS PUÑOS

Escribe: Joaquín Castellanos Fotos: Leonardo Vincenti “El boxeo es una actividad cruel. Es arriesgar tu vida cuando subís a un ring si no estás bien físicamente. Pero es también un elemento que te puede marcar. Porque el boxeo, en definitiva, es caerse, levantarse, presentar lucha, esquivar.  Cosas que hacés en la vida. Mecanismos defensivos para afrontar un problema”. Detrás de un pocillo de café, Néstor Giuria ensaya una definición del deporte que alguna vez fuera uno de los más populares del país y, a su vez, siempre cuestionado por los que ven en la disciplina solamente un acto de violencia. El hombre sabe de lo que habla. Su carrera periodística se ató al ring para siempre desde que un día, trabajando para el diario Crónica, lo mandaron al Luna Park. Más tarde, ya radicado en Rosario, desde 1977 fue el relator de las peleas por Canal 5 durante 18 años. Es palabra autorizada para abrir la puerta a aquella y esta reciente historia del box como una actividad que suf

HABÍA UNA VEZ UNA HORMIGA

Escribe: Joaquín Castellanos Fotos: Leonardo Vincenti Una nena y un perro en la vereda. Los libros se escapan por la ventana. Una casa de antes, con las aberturas y el techo altos. Las inscripciones deliberadas en la fachada se confunden con las marcas clandestinas en aerosol. Un cartel en la puerta dice “Biblioteca Popular Pocho Lepratti. Fundada el 18-10-2002”. La silueta del militante social alado sobre ruedas y, por supuesto, hormigas: gigantes, obreras, obstinadas; muchas hormigas  caminando por las paredes.             María de los Ángeles mira hacia adentro. “¿No sabe si hay alguien?”, interroga la nena. Tiene ocho años, y recibir una pregunta como respuesta la pone en guardia: advierte que su abuela le dijo “que no hable con extraños”. El perro mira silencioso y antes que nadie escucha los pasos que llegan desde el interior. Un hombre de anteojos saluda e invita a pasar. Se llama Carlos Núñez, es el presidente de la institución y ofic