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CHAU 2010

ALGUNAS COSAS POR LAS QUE
NO DEBERÍAMOS OLVIDARNOS
DEL AÑO QUE PASÓ



Fiesta nacional
Los Festejos del Bicentenario tiraron abajo todas las teorías, el mentado malestar general, el malhumor permanente del ciudadano y su (mal) supuesto divorcio con la República.
De manera silenciosa, primero; destapándose más allá de las cuestionadas crónicas hasta copar los espacios públicos sin temor a que la calle sea una fiesta, LA GENTE fue la protagonista principal.
Unos 2 millones de personas por día llenaron las calles porteñas para celebrar la Patria.
Además, gran nivel artístico de “Fuerza Bruta” (a la altura de las circunstancias). Sorprendente, admirable y conmovedor: adjetivos poco usuales en los espectáculos que vemos por televisión.

Condenados represores
Este, por suerte, también será recordado por ser el año del primer juicio a los represores locales de la última dictadura militar.
En abril, en una jornada histórica que empezó a poner freno a la impunidad, el Tribunal Oral Federal Nº1 leyó la sentencia contra Oscar Pascual Guerrieri, Jorge Fariña, Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Constanzo por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura en centros clandestinos de detención de la ciudad y alrededores. Condenados a cumplir la pena en cárceles comunes, las caras de la represión rosarina constituyeron el primer acto de Justicia con la memoria en la región.
Hoy todos tenemos la suerte de que esa Justicia histórica anhelada empiece a ser cada vez más cotidiana porque se nos está haciendo costumbre.
Los números hablan por sí solos. Sólo en diciembre de 2010 se juzgó a 50 represores en todo el país, convirtiéndose en el mes en que más condenas de este tipo hubo desde 1985.
De yapa, el Museo de la Memoria se mudó definitivamente a la esquina de Córdoba y Moreno. Puede parecer sólo simbólico pero es mucho más: basta con pensar que donde se planeó el sangriento plan de la noche negra de la dictadura en la región, hoy viven las ideas y la cultura sobreviviente a aquel siniestro programa de odio y muerte.

Matrimonio y algo más
El casamiento se transformó en un contrato social por encima de retrógrados estamentos religiosos.
Por la aprobación de la ley que permite el MATRIMONIO IGUALITARIO el 2010 será recordado como el lugar en la historia de una nueva conquista de los derechos sociales en la que somos un país pionero.
En un momento el intercambio de argumentos ya había perdido la pista del tema que lo había generado. Fue la discusión más larga y dispersa que vio el país en años. Sólo en el Senado hubo 14 horas de debate y muchísimas marchas a favor y en contra que pretendieron en muchos casos plasmar una estéril antinomia a un hecho que responde, en definitiva, a las libertades individuales.
Este hecho transformó a Argentina en la novena Nación que permite que dos personas se casen sin que sus identidades sexuales sean un requisito o signifiquen un impedimento.
En Rosario, Martín Peretti Scioli y Oscar Eduardo Marvich hicieron ruido con la primera boda de este tipo en el Patio de la Madera, el último día de julio.
No existe una estadística difundida de la cantidad de matrimonios entre personas del mismo sexo que se suscitaron después de los resonantes primeros casos.
Y el mundo sigue andando.

Rescates por TV
Fue un milagro y una epopeya. Pero también fue la confirmación de que la noticia y el reality show son en nuestro tiempo más que parientes y que hasta se confunden entre sí.
En octubre, nadie estuvo a salvo del rescate más visto de toda la Historia. Luego de 70 días bajo tierra, un espectacular operativo llevó a la superficie a 33 trabajadores atrapados en la mina San José, en el norte de Chile.
Hubo transmisión en vivo, ininterrumpida durante 22 horas y 21 minutos.
Millones de televidentes siguieron los acontecimientos en todo el mundo y unos 2 mil periodistas fueron al lugar para cubrir el inédito operativo.
Y por si fuera poco, a un mes de lo ocurrido en Chile, en la zona rural de Florencio Varela, en provincia de Buenos Aires, los bomberos rescataron a una nena de 3 años que estuvo atrapada 7 horas en un pozo.
Todo el país tomó mates, trabajó, cocinó y se acostó más tarde para no perderse detalle de lo que pasaba en la quinta del rescate. Mientras Vanesa –tal el nombre de la nena- era trasladada lúcida y sana y salva en helicóptero hacia un hospital, muchos se fueron a dormir con la sensación de haber visto una buena y rara película.

La inesperada muerte de Kirchner
Primero la pérdida humana, por supuesto. Se murió un hijo, un padre, un esposo, un amigo. Pero es, sin dudas, el hecho político del año.
La muerte del ex presidente Néstor Kirchner golpeó la realidad argentina de tal forma que el cambio en el mapa político es apenas un dato. La militancia cambió: sólo después del sacudón que causa saber que Kirchner ya no está, los lugares desde donde adherir o rechazar sus ideas son todos válidos. En especial cuando rebobinamos hasta el 2003 y venimos para acá. Y notamos que es otro país. Por todo lo que se ha ventilado desde entonces y todo lo que se le ha criticado. Por los notorios cambios (aplaudidos o denostados, cambios al fin) que han hecho que todos hablemos de todo sin ningún temor ni problema.
Y por eso, por esos días de octubre, suscribimos una carta abierta de Mempo Giardinelli en la que el chaqueño “escribía en caliente” en Página 12 una confesión que difícilmente se hubiera podido hacer en otro tiempo que no fuera éste:
“Nunca fui kirchnerista. Nunca vi a Néstor en persona, jamás estuve en un mismo lugar con él. Ni siquiera lo voté en 2003 (…) siempre dije y escribí que no me gustaba su estilo medio cachafaz, esa informalidad provocadora que lo caracterizaba. Su manera tan peronista de hacer política juntando agua clara y aceite usado y viscoso. Pero lo fui respetando a medida que, con un poder que no tenía, tomaba velozmente medidas que la Argentina necesitaba y casi todos veníamos pidiendo a gritos".
El catálogo marcaba cambios en "la política pública de Derechos Humanos, la política exterior y la Corte Suprema de Justicia (y no importa si después la Corte no ha sabido cambiar a la justicia argentina)", la apertura de archivos de los servicios secretos y con ello reorientó el juicio por los atentados sufridos por la comunidad judía en los '90; la recuperación del control público del Correo, de Aguas, de Aerolíneas; las políticas educativas, de Defensa, cultural; las reformas fiscal y previsional; la renegociación de la deuda externa, el fin de la dictadura del FMI y la política nacional al frente del Banco Central con record de divisas. Marcó los límites al poder periodístico con la nueva Ley de Medios; impulsó la Ley de matrimonio igualitario y mantiene una política antidiscriminatoria como jamás tuvimos.(...)Todo con innumerables errores, desde ya. Descanse en paz, Néstor Kirchner, con todos sus errores, defectos y miserias si las tuvo, pero sobre todo con sus enormes aciertos".

Cuenta conmigo: Censo 2010
El Censo empezó antes de que llegara el censista. Para saber cuántos intentaron explicarnos cómo somos y al igual que casi todos los temas nacionales de estos años, la niebla de la confusión envolvió también a este asunto.
Dos meses antes, derivados de la opinología que aflora libremente en los medios, no resultaba descabellado escuchar diversos puntos de vista que a medida que nos acercamos al 27 de octubre se fueron potenciando hasta el escándalo.
“¿Por qué tengo que abrirle la puerta al censista si después mienten los resultados? ¿Para qué sirve un Censo si todo lo que muestran desde el INDEC es falso?”. No es una suposición. Fueron frases expelidas por argentinos seres de carne y hueso.
Hasta hubo una campaña en la Prensa para hablar de la necesidad o los riesgos (según el informador y su lector pertinente) de recibir al preguntador oficial en el domicilio.
Lo cierto es que, como casi todo lo que elegimos para esta racconto, el Censo también fue una sorpresa: lo que antes de su realización parecía respirar rechazo, una vez hecho resultó un éxito con ingreso al hogar, buenos modales y en algunos casos hasta mate.
Por los primeros datos pudimos saber que oficialmente somos 40.091.359 argentinos.
Puede que se haya publicado que, basados en estudios de consultoras privadas, si se mira bien rondamos los 70 millones de personas.

Conflictos: lo social y lo político
La historia reciente habla de piquetes por diversas causas, con distintas broncas e intenciones y para todos los gustos.
Este año el catálogo de esa arraigada y virulenta manera de protestar ha tenido sus más variopintos motivos.
Desde el recordado acampe de la Corriente Clasista y Combativa en la Plaza Pringles rosarina hasta el corte de ruta de los trabajadores de Paraná Metal, pasando por los caros cuidacoches paralelos del Casino de Rosario, los pescadores santafesinos, los ocupaciones de terrenos en Buenos Aires en reclamo por viviendas, los empleados de Sancor y los asambleístas de Gualeguaychú.
Todos los cortes finalmente en algún momento se levantaron y no por eso solucionaron sus problemas o consiguieron algo a cambio.
Pero más allá del cuestionamiento a la hoy más popular de las metodologías de protesta, está el secreto a voces que esta suele llevar impregnada: la utilización de las carencias y el reclamo por parte de pequeños grupos que se favorecen con el caos.
Cuando el invento, la extorsión o la intransigencia participan de las manifestaciones se pierde todo tipo de autenticidad y todo se transforma en una puesta en escena de la que hay que sospechar, en vez de ser la expresión genuina de la protesta real.
Ojalá que en el 2011 los piquetes encuentren una alternativa o evolucionen hacia otro lado, para que el modo y la protesta sean coherentes y todos podamos adherir a los justos reclamos direccionados correctamente hacia los responsables de las injusticias.

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