Va a caer directo a la zurda del negro Beto.
Un defensor mediocre (un 4)
se interpondrá entre las piolas y el festejo trunco.
El rebote, señal que la jugada respira,
lo tendrá el Gaita en los pies, cerca del corner.
Hasta el cielo y los árboles y los hinchas
son de cero a cero.
Sin embargo llueve el centro
y los pupos se estiran y los cuellos.
Hay un cráneo (del 2 nuestro) que la revienta
de pique contra el piso, contra el palo.
Afuera.
Cuarenticinco del segundo tiempo.
Ya sólo se piensa en el lugar que cada uno
va a ocupar en la chata para la vuelta.
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