Si algo le faltaba a Carlitos
para su consagración total
era un pasado de delitos
y vida oscura de arrabal.
Le han hecho bien al mito
los buchones de la Federal
y el bocina que lo ha escrito
como exclusivo material.
Se jactan del deschave
y no saben, pobres tipos,
que no hay nada grave
en haber andado con hipo.
Estafa es vender como actual
un rumor feroz de 100 años.
La gayola es decorado ideal
para saberlo hampa de antaño.
La mueca intacta, sonríe y lee
el bronce del morocho cantor:
la gente se entera y todavía cree
que cada día canta mejor.
El que bata cualquiera sobre los elegidos para instalarse en el lugar más muelle del inconsciente colectivo, no serán más que eso, batidores. Y cada día cantarán peor.
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