Y de tan "ypeefeizados" que andamos por estos días, aún si todo fuera apenas producto de ese imaginario colectivo al que muchos osan referirse despectivamente, no hay nada que hacerle: las sensaciones van para un mismo lado.
El ejercicio consiste en cerrar los ojos y abusar de la voz de este buen vecino que estremece a susurros sobre una pluma de acá. Pruebe, dele vida a un barril de crudo -simbólico, negro, desbordado de esa poesía popular de los cuentos de Soriano y, claro, la lente de Pino Solanas (en esto muy pertinente)- que flota perdido en la inmensidad del Atlántico, bajando heroico hacia tierras sudacas como una carabela descarriada y burlona...
"Llevo el Sur / como un destino del corazón / soy del Sur / como los aires del bandoneón"
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