Revolucionaria, irreverente,
vendrás acaso una noche a tocar el timbre de mi desvelo.
A poblar de incertidumbres mis más firmes decisiones.
A ametrallarme de presente los recuerdos.
En tu llanto inicial
irá mi corazón como un velero,
irá mi corazón como un velero,
andando en la sangre sin rumbo
adonde me lleven tus caprichos y el viento.
adonde me lleven tus caprichos y el viento.
Me volveré un obstinado animal feliz
ignorante de los inviernos.
Vas a venir ceñida del lomo de una incalculable esperanza.
Tramada en una almohada sin sueño durante tanto tiempo.
No me va a alcanzar la mirada para asistir ansioso
a tu descubrimiento.
Ante mi estupor, tu humanidad flamante será el grito
que rompa el secreto:
que rompa el secreto:
la vida es una luz
inapagable y constante
que en el espejo sublime nos recorta perfectos
En un mínimo e impreciso rincón
de este recinto inmejorable que es el Universo,
nos miraremos un segundo
como una formalidad del conocernos.
Y naceré en tu ser. Seré en vos un eco.
Ese será
nuestro encuentro.
nuestro encuentro.
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