Ir al contenido principal

LOS SESENTAÑEROS (2)

Ya criaron a sus hijos y disfrutan de sus nietos. Ven a las cosas desde otro lugar, hacen lo que quieren porque saben que es ahora o nunca. A muchos ni se les ocurre jubilarse, y para otros tantos que ya dejaron la actividad laboral, el cambio no ha sido para deprimirse sino todo lo contrario: atraviesan un ocio feliz junto a su pareja o aferrados a una soledad confortable.
JÚBILO Cuando alguien mayor de 65 años va al cine, tiene el beneficio de un descuento en la entrada. La situación puede generar en algunas personas una angustia mayor que la que causaría una película dramática. Éste no es el caso, sino su opuesto. “Para mí, la jubilación fue una liberación”, confiesa Lila. Tiene 63 años y hace dos que dejó de trabajar, pero no lo lamenta en absoluto. “Soy una feliz jubilada. Cuando era más joven me preguntaba qué iba a hacer cuando llegara el momento. Y no hice nada. Una maravilla. Me falta tiempo para hacer todo lo que quiero”. Vive en la zona Norte, es maestra, antropóloga y fue directora de escuela. Al morir su mamá, se retiró de la docencia y, a su vez, de las obligaciones en general para empezar a dedicarse a ella misma. Por prescripción médica empezó a hacer aquagym, y con el frío se pasó a “bailes latinos” (salsa, reggaeton, etc.). También pasó de mirar de afuera “el mundo de la computación” para convertirse en una acendrada internauta que, entre otras cosas, ve películas on line e incursiona en el diseño gráfico digital. Y, por si algo faltara, no ha parado de viajar con sus amigas (en lo que va del año visitó Bariloche, hizo un crucero, fue al Machu Pichu y tiene en suspenso un safari a Sudáfrica). “Una sola está casada, tres somos solteras, tres separadas y tres viudas”, dice al referirse al grupo de mujeres de sesentipico entre las que se anota. “Y a su edad, ¿cómo es la vida sentimental de una señora soltera?”, a propósito, escucha que le preguntan. Entonces habla de un hermano, sobrinos, primos. La familia. Y cuando parece que va a evadir definitivamente la consulta, corrige el rumbo con contundencia. “En la parte sexual o sentimental, en relación al hombre, dije basta cuando me llevé la última desilusión: estoy muy confortable en mi casa, muy tranquila. Si aparece un touch-and-go, que sea eso y nada más, como dice Moria (Casán). Yo no tengo ninguna obligación, y a esta altura de mi vida no quiero atarme a nadie”, sentencia. Dice que por un tiempo se levantó y se acostó temprano, siguiendo la rutina de cuando trabajaba, hasta que un día dijo ¿por qué? “Si a mí me gusta acostarme a las 3 o 4 de la mañana y levantarme a las 11, ¿por qué no lo voy a hacer?”, se preguntó. “No me importa nada. Si la vereda está llena de hojas y no tengo ganas de barrer, me importa un pito: me baño, me pinto y a la calle. Y el día que no tengo ganas de salir estoy bien en mi casa, cómoda y feliz”, agrega, con una naturalidad que abruma y, a la vez, despierta una cruda admiración o envidia. O las dos cosas juntas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

PREHISTORIA DE "EL PULGA" Y "EL FIDEO"

El abrazo que se repite entre Messi y Di María es una postal de goles argentinos importantes pero además representa el triunfo de dos chicos de barrio. Dos historias de vida que resumen "el sueño (cumplido) del pibe" que en los arrabales argentinos nunca se deja de soñar. Como en la final de los juegos olímpicos de Beijing 2008, Messi y Di María -dos pibes humildes, de barrio- dejaron su marca en otro pasaje trascendental de la Selección. El festejo no es solo por el gol. Otra vez, de los pies de un  leproso  empedernido y un  canalla  irreversible llegó el grito aliciente de un país que se paraliza para despistar su destino atendiendo con pasión los devenires de la Selección nacional de fútbol en el Mundial. A dos minutos de los penales, la SRL (Sociedad de Rosarinidad Liberada) ejerce de oficio y como en 2008, para obtener el oro del fútbol juvenil en Beijing, irrumpe con la explosión y el inigualable control de pelota del nieto de la almacenera del b...

EL CORAZÓN EN LOS PUÑOS

Escribe: Joaquín Castellanos Fotos: Leonardo Vincenti “El boxeo es una actividad cruel. Es arriesgar tu vida cuando subís a un ring si no estás bien físicamente. Pero es también un elemento que te puede marcar. Porque el boxeo, en definitiva, es caerse, levantarse, presentar lucha, esquivar.  Cosas que hacés en la vida. Mecanismos defensivos para afrontar un problema”. Detrás de un pocillo de café, Néstor Giuria ensaya una definición del deporte que alguna vez fuera uno de los más populares del país y, a su vez, siempre cuestionado por los que ven en la disciplina solamente un acto de violencia. El hombre sabe de lo que habla. Su carrera periodística se ató al ring para siempre desde que un día, trabajando para el diario Crónica, lo mandaron al Luna Park. Más tarde, ya radicado en Rosario, desde 1977 fue el relator de las peleas por Canal 5 durante 18 años. Es palabra autorizada para abrir la puerta a aquella y esta reciente historia del box como una actividad que...

CANTINELA (TANGO)

Perdí las llaves y la fe en este barrio dopado de deseo y besos menthoplús takleado por la sombra de un recuerdo garabato en un cuaderno otra que cambio de luk Tanto ir a la deriva como un trueno semáforo sin freno ni virtud resplandor amarillo en calzoncillos sentado frente al telefulbo perdida para siempre juventud Soldado desertor sin otra guerra que el culo del invierno como iglú a la noche le empañé las lentejuelas con un final de miga entre las muelas y el alma hecha pus El zurdo tic tac que carraspea burdo compás de notas al tun tun en el retrovisor siempre fantasea un tango en internet que parpadea por el quinto fernet con dejà vu Quién te ha visto y quién te viera esclavo del profesional de la salud con zapping del sillón a la catrera se mata de vergüenza la primavera en el salto de la soda hasta el vermú Divorcio frugal mentira y truco pelusa en el pupo soplete y caracú la melancolía por las venas horas vacías las bolas llenas y el alma hec...