Abulia del seso quieto,
danza de pestes y grajeas.
Juego simpático, este amuleto
de lo que dejó la cefalea.
Harto de su pito tocar
y catalanear sin respeto,
el devenir del internado
es un tren que va repleto.
El calvario del enfermo tiene
de bacán, de preso, de turista.
(con desaire de promesa que no viene)
Cual beodo y olvidado artista,
horizontal en el catre se mantiene.
La calle, por la ventana, es el exorcista.
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